Editorial
Las
orquestas conformadas por niños, una fórmula para facilitar una mayor
integración
La creación de una
orquesta conformada por niños con edades que oscilan entre los 5 y 12 años de
edad, en una experiencia que se llevará a cabo en el Centro Cultural Tolosa con
la finalidad de incorporar a los chicos a un espacio de creación –a la vez que
apunta a promover entre los integrantes valores de solidaridad y respeto a
través del trabajo en grupo- se suma a otras experiencias similares que han
resultado exitosas y que marcan también uno de los caminos que deberían
seguirse para lograr la reinserción de miles de chicos, sometidos a un contexto
de penurias económicas y otros múltiples condicionamientos negativos.
Cabría recordar que
existen antecedentes en escuelas de la propia Tolosa y de Berisso, ubicadas
algunas de estas últimas en zonas muy desfavorecidas, en las que se creó y
funciona desde hace nueve años la primera orquesta-escuela de la Región. Lo
cierto es que un grupo de pequeños intérpretes actuaron recientemente en el
Teatro Argentino, acompañados por figuras de primer nivel nacional, del arte
clásico y popular, quienes subieron al escenario para tocar y cantar a la par
de los niños y adolescentes.
Como se sabe, en
distintas jurisdicciones también se han conformado precoces formaciones
musicales que participan de un programa especial, cuyo propósito es profundizar
la inclusión y contención de chicos en situación de vulnerabilidad a través del
aprendizaje de la música y el trabajo en conjunto.
En el caso de las
orquestas escuelas de nuestra zona, ellas reúnen a chicos y adolescentes de
distintos establecimientos educativos, barrios, clases sociales y capacidades.
Todos ellos bajo un mismo propósito, olvidar cualquier diferencia y
redescubrirse a partir la de la música, según se informó.
Los cambios -tal como
coincidieron padres y maestros que vienen siguiendo la experiencia de cerca-
son sorprendentes. Al margen del aprendizaje de la técnica musical, y la de
cada instrumento, es también digno de ponderar el hecho de que muchos chicos
dijeron que, desde que decidieron internarse en esta actividad profundamente
cultural y formativa, resolvieron también concluir sus estudios escolares, que
muchos de ellos habían abandonado.
Se sabe que son
numerosas las áreas que deben trabajar en forma mancomunada para lograr la
plena reinserción social de los jóvenes marginados, en programas orientados a
su más completa capacitación. Y para ello se debe comprometer en su desarrollo
a instituciones deportivas, clubes de barrio, bibliotecas populares,
asociaciones de padres y organizaciones no gubernamentales.
Se trata de generar
alternativas de desarrollo para los jóvenes y, al mismo tiempo, trabajar sobre
principios como los de una formación cultural básica, el aprendizaje de
premisas de conducta que hacen a la convivencia, a la valoración del trabajo y
de la responsabilidad social que les incumbe. Si en tan pocos años los chicos
se encuentran en condiciones de presentarse como intérpretes en un ámbito de
excelencia, como lo es el Teatro Argentino, está evidenciada lo trascendente
que es la función educativa para una rápida inserción de los jóvenes y el
mejoramiento del nivel cultural en el país.
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