El Eco de Tandil
El aumento de
la violencia escolar es un reflejo de lo que sucede en la sociedad
El psicólogo y concejal del bloque
radical Adolfo Loreal dialogó con El Eco de Tandil de una problemática que
preocupa a la sociedad como lo es el incremento de la violencia escolar. Del
tema mucho se ha hablado este año en nuestra ciudad, tanto por hechos sucedidos
en diversos establecimientos educativos, como agresiones vividas por
adolescentes en la puerta de las escuelas o a pocos metros de ellas.
En primer lugar, consideró que en la
sociedad en general ha aumentado el trato violento.
“Hoy la calle se ha vuelto violenta.
Entre el espacio privado y el público tuvimos que poner rejas. El ámbito de la
casa debe ser protegido porque en el ámbito público aparece la agresión, el
robo, el maltrato, de última la indiferencia, con la formas terribles del
egoísmo, egocentrismo, la desconsideración del otro. Hay muchas formas de
maltrato y de destrato, eso rompe el lazo social”, manifestó.
Un espejo de la sociedad
En cuanto a la violencia escolar, analizó
que “el niño es un espejo de la sociedad en la que vive. Algunos pibes se
golpean en la escuela tal como lo hacen afuera, porque ven una sociedad violenta”.
“Tenemos políticos que se ofrecen a
partir de la violencia, no a partir de la construcción, donde el otro es
francamente un enemigo al que debo destruir. Esto es un mal modelo. Lo vemos en
las publicidades, hay una en particular en la que el muchacho está de lo más
romántico con su novia y dice: ´Acabemos con tanta dulzura´. Eso significa que
tanta dulzura termina siendo empalagosa para esta época”, reflexionó.
Manifestó que “en parte hay más violencia
y en parte se sabe mucho más. Me preocupa el tema del niño porque es
responsabilidad de un adulto. Si el niño es sujeto de derecho es porque hay un
adulto que es sujeto de deber y responsabilidad. Esto tiene que ver con los
límites, con el orden, con el cuidado, y con las pautas que plantea una
comunidad que está formada por familias. En eso hay que pegar un giro,
transformar la sociedad en un lugar de amistad y no en una sociedad de
violencia”.
Responsabilidad de los padres
“Es
el adulto el que puede producir una diferencia, un cambio en función de
optimizar los lazos sociales, yo no responsabilizaría al niño o adolescente”,
afirmó.
En ese sentido, recalcó que “esto en
principio depende de los padres porque el Estado no entra en la casa de una
familia cuando tiene un niño. El Estado no estaba dentro de la casa de la
señora que parió un hijo y lo tiró en una bolsa en un tacho de basura en una
estación de servicio. El Estado llega cuando la escena tomó carácter público”.
“Un niño en principio es responsabilidad
de sus padres ¿Dónde están los padres de un pibe de 13 años que va a la escuela
con un revólver? Está ausente o es modelo de lo mismo”, sostuvo.
Luego, hay instituciones que son “las
primeras que acogen al niño, que son la salud y la educación”.
La violencia es algo que “está impregnado
en todas las instituciones de una sociedad, hoy en el tránsito mismo ocurre que
la gente invita a la pelea. Vas por el supermercado, le tocás el carro a otro
te mira con cara de ´te voy a meter una trompada´”.
El rol de la educación
En ese marco, consideró que hay algo que
está “exaltado” y que la única forma de modificar la situación es con
“educación y cultura”.
“Esto también aparece en la escuela pero
está en todo lados. Hoy los chicos juegan en máquinas a matar durante horas,
cuando 50 años atrás se decidió dejar de regalarle pistolas a los pibes, porque
no estaba bueno incentivar a la guerra y la muerte”, ejemplificó.
Y lamentó que hoy los chicos para
divertirse no salen a pescar, a armar una casita, “se divierten matando”.
“De la misma manera que muchos programas
de diversión de hoy en día son a consta de destruir al otro, de hablar mal del
otro, y es más o menos lo mismo que hacemos los políticos, la forma de
ofrecerse no es hablar bien de uno mismo, sino que se hace en una mediocridad,
humillando y degradando al otro. En la pareja la manera de retener al otro es
humillándolo, asustándolo”, sintetizó.
“Los
docentes están inhabilitados por la institución”, afirmó Loreal
Por otra parte, Loreal planteó que frente
a la violencia escolar, los docentes “están capacitados para hacer frente a esa
situación, pero también están inhabilitados”.
“Están capacitados por formación
académica por formación intelectual, pero también mayormente están capacitado
por la propia vida, porque también son padres. Entonces yo no dudo de la
capacidad del docente, siento que ha estado inhabilitado, impedido por la
institución”, deslizó.
Y estimó que eso se debe a que hay una
“línea en los últimos años donde se hace una apología del derecho, todo es
derecho, pero nada es responsabilidad, ni obligación”.
Sin límites
En ese camino, aparece el hecho de “no
poner límites porque el límite, como la palabra autoridad, se malinterpreta y
se tergiversa, y se lleva al plano del autoritarismo, lo que remite a las
facciones y años fachistas de la sociedad”.
Entonces, analizó que lo que sucede es
que “se pierde el carácter de autoridad. Esto de alguna manera hace que el niño
y el joven se queden sin referente”.
“Autoridad quiere decir mandar para hacer
crecer. Entonces el niño, el joven, que es un sujeto en formación, hasta el final
de la adolescencia necesita referentes y el referente es ese padre, esa abuela,
esa maestra, esa directora de escuela que le debe decir qué se puede y qué no
se puede, qué está bien y qué está mal”.
“No es lo mismo comer una ensalada de
lechuga que comer marihuana, y sin embargo se hace creer que es lo mismo, que
esto no provoca daño y encontramos altos niveles de consumo”, sostuvo.
Tierra de nadie
Frente a este panorama, aseguró que
existen adultos que “prefieren decir que sí, a decir ‘esto no se puede’. Hay
adultos que me parece que están inhibidos por la propia institución, ya sea la
familia o la escuela”. “A veces una mamá intenta poner un límite y el padre la
descalifica, o al revés. Entonces en este río revuelto el niño queda en tierra de
nadie y lo más grave es que encontramos una población importante de niños y
jóvenes que no tienen un referente. No hay quién encarne la autoridad en el
real sentido, no en el sentido del sometimiento, sino el de ese referente que
me ayuda a crecer”, explicó.
Loreal ilustró que “encontramos a diario
situaciones donde una criatura de 4 ó 5 años empieza a los gritos en el medio
del supermercado y los padres quedan conmocionados de una manera que no saben
qué hacer”.
“En el consultorio escuchamos padres que
dicen ‘no sé qué hacer con mi hijo’. Entonces el hijo queda sin referente
porque ese sujeto en formación necesita de alguien que sepa qué hacer”,
aseguró.
Finalmente, sostuvo que “en los últimos
años hay cierta confusión que anida dentro del sistema educativo donde de
pronto autoridad o límites son malas palabras, cuando en verdad son palabras
fundacionales de la salud mental. No hay posibilidad de organización psíquica
en un ser humano que no tiene límites, la única forma de poder vivir en
sociedad”.
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