El Día
PEDOFILIA
Siete de cada diez chicos sufrieron algún tipo de acoso virtual en las redes sociales
Así lo
establece un informe de una ONG que se dedica a investigar la problemática en el
país. Según sus datos, además, en Argentina hay más de 100 mil cuentas de
Facebook que pertenecen a pedófilos
Ella cuenta que tiene 10 años y un perfil en Facebook que abre todos los días
de manera puntual. En esa cuenta sube mensajes sugerentes, y cada una de las
palabras que escribe están dirigidas a personas mayores. Adultos que le
preguntan intimidades y que le hacen propuestas obscenas. Ella dice cómo se
llama, responde preguntas de tono erótico y se interesa por aquellos que la
contactan con la idea de encontrarse en persona, porque ella en realidad no se
llama como dice llamarse ni tiene 10 años, sino que es uno de los tantos adultos
que, bajo una identidad falsa, se dedican en nuestro país a navegar por Internet
para cazar pedófilos. En Argentina hay 200 voluntarios que se entrenan
continuamente y están dispuestos a darle pelea a la pedofilia, una realidad que
crece y suma en nuestro suelo casos cada vez más espeluznantes.
Cada vez hay más imágenes obscenas de niños en la web, y se
calcula que unos 750 mil pedófilos están conectados a la Red en todo el mundo
No hay cifras oficiales, pero Alerta Vida -una ONG que trabaja para cuidar a
los chicos de potenciales pedófilos y recluta voluntarios contra la pedofilia-
asegura que en nuestro país hay por lo menos cien mil cuentas de Facebook que
pertenecen a pedófilos que buscan menores en la red. Y acaso lo más inquietante:
según sus datos, en el país siete de cada diez chicos sufrieron algún tipo de
acoso virtual mientras navegaban por las redes sociales.
“En 2012 denunciamos a 2.200 pedófilos de Argentina ante el FBI y sabemos que
el 70 por ciento de los menores que tiene cuenta padeció algún tipo de acoso
sexual por parte de adultos”. Quien lo dice es María Raquel Holway, titular de
Alerta Vida y para quien uno de los aspectos más alarmantes del tema es que “los
pedófilos locales tienen perfiles en Facebook con total impunidad, incluso ponen
los símbolos que los representan en sus biografías y muchos chicos no lo saben y
los agregan como amigos sin entender a los peligros que se exponen”.
Desde la ONG se asegura que son varios los pedófilos que se enorgullecen de
serlo y de compartir su material con otros pedófilos de distintas partes del
mundo. Su lugar de contacto casi siempre es Internet, se apunta, y es por eso
que han desarrollado en los últimos años una personalidad cuidadosa que, se
explica, obliga a los voluntarios a desarrollar técnicas innovadoras para poder
detectarlos.
El tema tiene aristas que alarman. El 24 de junio pasado, de hecho, los
depravados de todo el mundo celebraron lo que denominan el Día del Orgullo
Pedófilo. Para ellos, es una fecha especial y, según detalla Holway, se preparan
recopilando historias, fotos y videos para compartir en estas redes ilegales.
“Cada uno trata de destacarse, por eso ya el mes anterior a la fecha andan
desesperados tratando de conseguir contactos con chicos y así tener acceso a
material nuevo”.
Ese material son cuentas en alguna red social o blogs en los que publican
imágenes de niños en posiciones sensuales o sexuales. En ocasiones, son imágenes
de niños que han sido subidas a la red por algún familiar, con la finalidad de
compartir un cumpleaños, una fiesta o algo totalmente inocente, y que han sido
luego tomadas por algún pedófilo -ellos se autedenominan “boylovers”- y trucadas
hasta convertirlas en imágenes que les despiertan sus fantasías.
delito informatico
Una modalidad que suelen utilizar los pedófilos es la del “child grooming”,
que consiste en el acoso a través del chat y en la inducción creciente a que el
niño realice acciones frente a la cámara web, que despiertan el placer del
acosador, sin que el niño perciba siquiera su verdadero rostro.
“Por eso es fundamental que se sumen los voluntarios a esta cruzada para
detenerlos”, se apunta desde Alerta Vida, donde sus expertos aseguran que uno de
los mayores problemas es la facilidad que tiene cualquier pedófilo para generar
espacios en internet donde encontrarse, intercambiar material o coordinar
estrategias de abordaje de chicos, evitando la justicia.
Los buscadores más populares, se apunta, son los más peligrosos. Basta
teclear algunas palabras clave como “boylover” (niño amante), “girllover” (niña
amante), “babylover” (bebé amante) o “childlover” (chico amante), entre otras,
para que los buscadores tradicionales entreguen cientos de páginas como
resultados, entre los que se esconden decenas de espacios virtuales dedicados a
la pedofilia. “Hicimos denuncias sobre esto, -asegura Holway-, pero en nuestro
país los jueces siguen desconociendo el funcionamiento de las redes sociales,
las páginas web y las nuevas tecnologías aplicadas a la pedofilia”.
En Argentina rige la ley 26.388 sobre delitos informáticos, que fue
sancionada en 2008 pero que, según sostienen los expertos, tiene como principal
problema la definición conceptual de lo que es un “delito informático”. Al ser
un término tan amplio, a veces ambiguo, no son pocos los especialistas que
aseguran que suele resultar difícil enmarcar las infracciones que se cometen en
Internet. La ley, de hecho, no contiene figuras propias y específicas como el
“pedófilo”, lo que hace mucho más complicada su aplicación.
”Cuando se puede detectar y comprobar el abuso sexual infantil -explican en
Alerta Vida-, el pedófilo tiene como pena máxima cuatro años de prisión. Es muy
poco. Incluso, actualmente que una persona tenga en su casa material porno
infantil, para la justicia argentina no es delito”.
En 2002, el país firmó una Convención Internacional de Internet que deja este
tipo de delitos en manos del FBI, es por eso que todas las denuncias que
realizan desde la ONG terminan bajo la órbita de esta fuerza de seguridad.
“Mientras la tecnología avanza, la legislación se queda en el pasado. Tenemos
que empezar a pensar en el futuro que, justamente, son nuestros chicos”, dispara
Holway.
Lo que dice la experta es confirmado por distintas organizaciones
internacionales que siguen el tema. A pesar de los rastreadores de pedófilos y
de las advertencias que se lanzan en todo el mundo, lo cierto es que la
pornografía infantil avanza en la Web sin encontrar demasiados obstáculos. Cada
vez hay más imágenes obscenas de niños en Internet y en otras plataformas como
los teléfonos móviles, y se calcula que unos 750 mil pedófilos están conectados
permanente a la Red en todo el mundo.
Este dato figura en un informe presentado hace poco por la ONU, que pidió que
los países se doten de leyes para combatir el fenómeno a escala internacional.
“Si sólo hay diferentes legislaciones nacionales, los pedófilos pueden burlarlas
utilizando niños de otros lugares”, destacó Najat Maalala, relatora especial de
las Naciones Unidas sobre la materia.
El estudio indica que las webs de porno infantil se multiplican a un ritmo
alarmante, hasta el punto de que Unicef calcula que actualmente hay más de
cuatro millones. Este fenómeno ha dado lugar a una verdadera industria del
delito, que cada vez se extiende más debido al acceso generalizado a las nuevas
tecnologías. Los datos parciales de que dispone la ONU apuntan a que la
producción y distribución de imágenes pornográficas de abusos de niños pueden
representar un negocio anual de hasta 20.000 millones de dólares.
Desde la ONU también se alerta del acoso sexual a menores a través de
internet –que se manifiesta sobre todo en las redes sociales y foros de
discusión–, un problema que aún no abordan las leyes. Maalala comentó el caso de
una investigación de la policía británica en la que una agente creó el perfil de
una atractiva adolescente en una red social. La supuesta menor fue abordada por
una treintena de adultos y recibió 12 invitaciones para encuentros personales.
La relatora insistió en que es necesario “educar y sensibilizar a niños y
adolescentes” sobre los riesgos que corren en la web. Asimismo, se mostró
contraria, de manera general, a publicar en internet imágenes de menores, con el
argumento de que “una foto que aparece en la red ya no le pertenece más [ni a la
persona que la colgó ni a la retratada] y puede ser utilizada para montajes”.
La lucha contra las redes de pedofilia es muy difícil, según Maalala, porque
requiere de medios tecnológicos importantes, de información actualizada de los
servidores que albergan los sitios web de porno infantil y de una
especialización de las fuerzas de seguridad en delitos cibernéticos. Además, la
relatora planteó la necesidad de que los proveedores del acceso a Internet, los
servidores y los bancos de los que se sirven las organizaciones delictivas
asuman alguna responsabilidad en la lucha contra el fenómeno.
“Sin la ayuda de corporaciones como Facebook o Google -apunta por su parte
Holway-, la lucha contra los pedófilos se torna cada vez más desigual”.
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